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Arsénico en el agua potable: prevención y control por un agua saludable
En varios países, las aguas subterráneas contienen niveles significativos de arsénico, una sustancia presente en la naturaleza y que puede resultar altamente tóxica para el organismo en caso de exposición crónica. En los últimos años, en distintas localidades uruguayas se han detectado pozos con niveles de arsénico superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud y los permitidos por OSE para el agua potable (20 microgramos por litro).
Para mitigar el riesgo que supone el arsénico para la salud pública, desde el Estado se busca prevenir y controlar su presencia en las aguas que consumimos. Actualmente, un equipo de DICA se encuentra trabajando en dos proyectos de tratamiento de arsénico en el agua potable en distintas localidades de Uruguay, con el fin de garantizar que el agua utilizada tanto para beber como para producir alimentos no esté contaminada.
¿Cómo mitigar la presencia de arsénico en el agua?
La intervención más crucial en las comunidades afectadas por la presencia de arsénico es prevenir la exposición prolongada mediante la implementación de un sistema seguro de abastecimiento de agua potable destinada al consumo, preparación de alimentos y riego de cultivos alimentarios.
Existen varias opciones para reducir los niveles de arsénico en el agua potable:
- Sustituir fuentes de abastecimiento con altos niveles de arsénico, como aguas subterráneas, por fuentes con bajos niveles de arsénico y que sean microbiológicamente seguras, como agua de lluvia o aguas superficiales debidamente tratadas. Se puede reservar el agua con bajos niveles de arsénico para beber, cocinar y regar, y utilizar el agua con alta concentración para otros fines, como bañarse o lavar la ropa.
- Diferenciar las fuentes de abastecimiento con altos y bajos niveles de arsénico. Por ejemplo, se pueden analizar los niveles de arsénico en el agua y marcar los pozos o bombas de diferentes colores. Esta solución puede ser eficaz y económica para reducir rápidamente la exposición, siempre y cuando se acompañe de una campaña educativa adecuada.
- Mezclar agua con bajos niveles de arsénico con agua de concentración más alta para lograr una cantidad aceptable de agua con un nivel de concentración adecuado.
- Instalar sistemas de eliminación de arsénico, asegurando tratamiento adecuado de los residuos eliminados. Entre las mas desarrolladas existen tecnologías como la oxidación, la coagulación-precipitación, la absorción, el intercambio de iones y osmosis inversa
- Además, se requieren intervenciones a largo plazo para reducir la exposición ocupacional relacionada con procesos industriales.
La educación y la participación comunitaria son fundamentales para garantizar el éxito de estas intervenciones. Es importante que los miembros de la comunidad comprendan los riesgos asociados con la exposición a altos niveles de arsénico, como la ingesta de arsénico a través de alimentos regados o cocinados con agua contaminada.
Asimismo, es esencial llevar a cabo un seguimiento continuo de las poblaciones de alto riesgo para detectar tempranamente los signos de intoxicación por arsénico, que suelen manifestarse a través de problemas dermatológicos.
Avanzando en soluciones
En la última década, OSE ha manifestado que resolver el problema del arsénico es una de sus prioridades, y que continúan investigando sobre la presencia de la sustancia en nuestras aguas.
Los estudios en curso incluyen la elección definitiva del tipo de tratamiento (las opciones más factibles son intercambio iónico, adsorción, ósmosis inversa o plantas potabilizadoras UPA en sus diferentes tamaños) y la selección de los predios para instalar la infraestructura necesaria.
Dicha infraestructura abarca el suministro de energía eléctrica, las construcciones complementarias y los accesorios funcionales ligados a cada tipo de proceso de tratamiento, los sistemas de bombeo y de tuberías para conducir el agua de las fuentes subterráneas y perforaciones, entre otros elementos.
